Saltar al contenido

Dios es bueno

Mientras estaba sentada en el sofá con Lisa*, ella recordó un sueño que tuvo cuando era niña.

Al principio, lo único que podía ver era oscuridad, pero mientras volaba, empezaron a aparecer luces debajo de ella, hipnotizándola. Había mucho que hacer en la ciudad, los autos y la gente seguían con sus vidas.

Estaba llena de asombro y exclamaba: “¿Qué es este lugar?”, pues sabía que estaba lejos de su pueblo natal en Zambia. Era como si la estuviera llamando, susurrándole al oído que ese era su lugar.

Se preguntó si lo que veía era Lusaka, la capital de Zambia. Nunca la había visto antes, pero había oído a otros habitantes del pueblo hablar de sus “bellos edificios y hermosos coches”. Le rogó a su madre que fuera a la ciudad con la esperanza de ver el lugar de sus sueños, pero su familia no podía permitirse el viaje.


Un sueño hecho realidad

Años después, su sueño volvió a repetirse cuando voló a Estados Unidos como refugiada. Al mirar por la ventanilla del avión, vio las mismas luces que la habían llamado muchos años antes.

Fue como si Dios estuviera sentado a su lado y le preguntara: “¿Recuerdas esto?”. Ella supo que era lo que había soñado. “Dios es bueno”, me dijo mientras recordaba la vida que tenía antes y cuánto había cambiado desde entonces.

Para Lisa, crecer en un pueblo pobre de Zambia fue difícil. En la comunidad había muy pocas oportunidades disponibles, aparte de trabajar en una granja o hacer las tareas domésticas. Quería algo más para ella y su familia: un trabajo, comida en la mesa y una casa propia.

Cuando en 2009 surgió la oportunidad de venir a Estados Unidos, aprovechó la oportunidad para lo que esperaba que fuera una buena vida en ese país.

Dejando atrás a su madre y hermanos, voló a los EE. UU., donde se estableció en Nueva York por un tiempo antes de mudarse dos veces y terminar en Quad Cities.


Al principio no fue fácil y recuerda que “sufrió un poco”, pero “Dios siempre encuentra un camino”.


Entró en contacto con World Relief Quad Cities. Al ayudar a traducir para otra familia de su comunidad, Lisa conoció a varios miembros del equipo de World Relief que pudieron reconocer sus necesidades no satisfechas y ayudarla a continuar su camino.

Ahora, Lisa es madre de cuatro hijos (uno de los cuales tuve la suerte de conocer cuando hablé con ella) y sueña con obtener la ciudadanía estadounidense, comprar su propia casa y ayudar a traer a su madre a vivir con ella.

Y con suerte, seguirá viviendo en las ciudades con las que alguna vez soñó cuando era niña.


Escrito por Alyssa Twilbeck

*El nombre ha sido cambiado para proteger la identidad de Lisa.

Sitio diseñado y desarrollado por 5by5 - Una agencia de cambio

es_ESSpanish