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Un llamado a actuar antes de que la hambruna lo exija. ¿Por qué Turkana, Kenia?

En Kenia, en este momento, más de 3,5 millones de personas necesitan asistencia alimentaria de emergencia. Y, si bien la estadística es cierta, la afirmación es amplia y demasiado simplificada. Esta gran cantidad de personas necesitadas se desglosa en individuos y familias en una miríada de condiciones, clasificaciones, términos y definiciones.
Algunos son pastores que viven en el norte de Kenia y cuyo ganado se está muriendo por falta de agua y de recursos de pastoreo. Otros son agricultores que han visto pasar una tercera temporada de lluvias con lluvias insuficientes y cosechas escasas. Y luego están los que no tienen tierra para cultivar, ya que la inseguridad y el conflicto hicieron que nunca se establecieran en ningún lugar el tiempo suficiente para sembrar semillas o echar raíces estables. Las razones y los rostros de esta crisis alimentaria son tan amplios y diversos como la tierra que cubre y los grupos de personas a los que afecta.

El país más afectado, Somalia, ha declarado que en algunas partes se encuentra en una situación de hambruna total. Todas las desventajas de la sequía crónica y los años de guerra impiden el acceso a los alimentos, lo que provoca hambrunas masivas y, en última instancia, muertes. Otras regiones del Cuerno de África se consideran en estado de emergencia o crisis, al borde de la hambruna, pero en Somalia y en los campos de refugiados, parece que las devastadoras consecuencias de la hambruna han impulsado finalmente al mundo a la acción humanitaria.

Sin embargo, en la región de Turkana, en el norte de Kenia, una vasta y remota región que se considera que está a un nivel de la hambruna, la respuesta humanitaria es limitada y la cobertura de los medios de comunicación internacionales es aún menor. Allí, una iglesia keniana, Parklands Baptist Church, pidió a World Relief que les ayudara a llevar asistencia alimentaria vital a las comunidades afectadas por la sequía. Allí, World Relief ve cómo se está desatando una crisis desatendida que debe abordarse antes de que se convierta en una catástrofe. Por eso, es la esperanza, no la calamidad aguda, lo que ahora nos obliga a actuar.

Otros, de todos los ámbitos de la vida, están apoyando a World Relief y a la gente de Turkana. Los agricultores del centro de Kenia están donando parte de sus excedentes de cosecha a sus vecinos del norte, donde ha caído poca lluvia. Las iglesias de Kenia se están uniendo, colaborando con World Relief y donando dinero y alimentos para sus hermanos y hermanas que pasan hambre. Donantes generosos de todo el mundo están haciendo donaciones económicas para garantizar alimentos a comunidades de Turkana que nunca han conocido. Vemos una gran esperanza en estas historias.

World Relief ha enviado específicamente un equipo de medios de comunicación para documentar estas historias de esperanza de las que el mundo aún no ha oído hablar. En Turkana, la situación es grave y miles de personas necesitan ayuda alimentaria inmediata, pero la esperanza es resistente. Oramos para que les sirva de estímulo, como nos sirve a nosotros, para actuar antes de que la hambruna lo exija.

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