El 14 de junio, un barco que transportaba migrantes con destino a Europa naufragó en el mar Mediterráneo. A pesar de los esfuerzos de búsqueda y rescate, se teme que haya cientos de muertos.
Si bien celebramos la fortaleza y la resiliencia de los refugiados en este Día Mundial de los Refugiados, lamentamos que, para tantas personas que buscan seguridad y un futuro más esperanzador en una nueva tierra, el camino a menudo esté marcado por dificultades y traumas innecesarios.
En World Relief, estamos de luto con aquellos que han perdido a sus seres queridos en esta tragedia y oramos para que Dios nos dé el coraje para no mirar hacia otro lado.
¿Te unirás a nosotros para orar por los refugiados y aquellos que buscan seguridad en todo el mundo?
Padre, aquieto mi corazón y mi mente para centrarme en ti. Habla, tu hijo está escuchando.
(Pausa en silencio y oración)
Lee: “El Señor tu Dios está por encima de todos los dioses y de todos los poderes. Es grande y poderoso, y merece ser obedecido. No hace acepción de personas ni acepta sobornos. Trata con justicia a los huérfanos y a las viudas. Ama a los extranjeros que viven con nuestro pueblo y les da alimento y ropa. Por eso, tengan amor por ellos, porque ustedes también fueron extranjeros en Egipto”. — Deuteronomio 10:17-19 (NVI)
Qué maravilloso y poderoso eres, Señor. Ayúdame a reflejarte y amar como tú.
(Pausa en silencio y oración)
Hoy, te pido por aquellos que son vulnerables y que tal vez no puedan ver tu poder y presencia en sus vidas en este momento. Te pido por quienes huyen de la violencia, las guerras y la persecución; sé su guía y su consuelo. Por los millones de refugiados en todo el mundo que esperan justicia y un nuevo hogar.
(Pausa en silencio y oración)
Rezo por mi ciudad y mi comunidad. Que sean un lugar de seguridad, apoyo y consuelo para quienes sufren.
(Pausa en silencio y oración)
Señor, pienso en los líderes y en el gobierno de nuestra nación. Que utilicen sus puestos de poder para trabajar por la justicia y la rectitud.
(Pausa en silencio y oración)
Oro por tu iglesia, para que sea una ciudad sobre una colina, brillando como un faro para todos los que buscan un camino nuevo y mejor.
(Pausa en silencio y oración)
Por último, me mantengo firme, cubierto con la armadura de Dios, y oro contra la obra del enemigo, que viene a matar, robar y destruir.
(Pausa en silencio y oración)
Te ofrezco esta oración y declaro que tuyo es el reino, el poder y la gloria por siempre. Amén.