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Apropiándose de su identidad

En honor al Día Internacional de la Mujer, algunos miembros de nuestro personal han compartido sus historias sobre cómo están rompiendo los prejuicios de género para crear un mundo igualitario.


Cerca del corazón

Lupe Nache Vital nunca pierde la oportunidad de honrar sus raíces mexicanas. Con un vívido retrato de la Virgen de Guadalupe para velarla y un frasco de rebanaditas En su escritorio, incluso su oficina está impregnada del latido del corazón de La madre patria, o la patria.

Su padre emigró a los Estados Unidos en la década de 1970 para aprovechar las oportunidades laborales que surgieran. Viajaba con frecuencia entre los Estados Unidos y México para ver a su familia, pero su madre tardó casi tres décadas en iniciar el proceso de inmigración. Después de que su madre llegara a Quad Cities en febrero de 1999, Lupe nació en Rock Island solo tres meses después. 

Lupe viaja a México tan a menudo como puede. Acaba de terminar su licenciatura de cuatro años en trabajo social en St. Ambrose y planea volver a visitarlo este año.

El peso de un acento

Para ella, México es diferente a Estados Unidos, pero admite que tiene ciertos privilegios a la hora de viajar. Como alguien que “parece y suena mexicana” pero no habla con acento, no ha experimentado mucha discriminación franca por el color de su piel. 

“Cuando voy a México no tengo ese miedo que tiene la gente cuando está en un país extranjero. México tiene varias restricciones de viaje por violencia y yo nunca la he experimentado… pero aquí nunca he sido discriminada como otras minorías”, dice Lupe.

Sus padres han contado historias de sus dificultades en el lugar de trabajo como personas que “hablan con acento”. Y en el pasado, ha visto a empleadores rechazar a personas calificadas en favor de personas menos calificadas debido a suposiciones sobre los inmigrantes. A veces, el prejuicio incluso se disfraza de cumplido.

“He tenido trabajos en los que me contrataron por ser mexicana, porque decían que los mexicanos somos buenos trabajadores”, recuerda. 

Un tipo sutil de sesgo

Afirmaciones como estas, añade, degradan la ética laboral personal y hacen que uno se cuestione la lealtad hacia un empleador. Sin embargo, la forma de prejuicio con la que Lupe está más familiarizada es una que se oculta fácilmente en las conversaciones cotidianas. Gran parte de ella tiene lugar en torno a su nombre completo, María Guadalupe Nache Vital. 

A veces se trata de una mala pronunciación repetida, solo para que te pregunten “¿Por qué tenéis tantos nombres?” Otras veces es un apodo que se da en lugar de esfuerzo. 

Según ella, la clave está en la intención y la voluntad de aprender. Es fácil que los demás confundan las microagresiones con preguntas inocentes. 

“Las microagresiones te dejan pensando. Te acompañan todo el día. Te vas a dormir y piensas: 'Eso no estuvo bien'. Algunas personas lo dicen en un tono que no es grosero, pero es la idea de que no ven nada malo en lo que dicen, como poner apodos a las personas en lugar del pequeño esfuerzo que requiere recordarlos. Es una falta de respeto al significado detrás de su nombre”, dice. 

Es aún más desalentador cuando sucede en el lugar de trabajo. Ver a otros crear sus propios estándares laborales es preocupante cuando sabes que tú no puedes hacer lo mismo. 

“Mis padres siempre me advirtieron que tendría que trabajar el doble”, continúa. 

Y como hija de inmigrantes, Lupe ha enfrentado prejuicios específicos hacia las mujeres de color. Además de la suposición general de que son mejores en tareas “femeninas”, a las mujeres de color a menudo se las considera “exóticas”. Ella no es ajena a los comentarios incómodos sobre ser latina. 

Espacio para el crecimiento

Para Lupe, encontrar un entorno de trabajo que valora el debate, la diversidad y la educación ha sido un alivio muy necesario. 

Comenzó una pasantía con World Relief Quad Cities en su último año de universidad. Eligió WRQC entre dos opciones porque siempre se sintió cómoda con los inmigrantes. Ahora, Lupe es la contable de WRQC y trabajadora social del IFRP, y ha aprendido mucho sobre las poblaciones de refugiados.

“Lo bueno de WRQC es que todo el mundo entiende y la gente aquí hace preguntas para aprender. El otro día, Ratko y yo hablamos sobre mis cuatro nombres y el significado cultural del nombre Guadalupe”, dice.  

Además de su trabajo social, su español y sus estudios latinos (“un saludo a la Dra. Brittany Tulis”, añade), estar en un entorno laboral tan diverso le ha dado la oportunidad de reflexionar sobre su identidad. 

Ni de aquí, ni de allá

Haber nacido y crecido en Estados Unidos significa que ha sufrido menos discriminación que algunos de sus familiares. Sin embargo, eso no garantiza que ninguna de las dos culturas la reconozca por completo. Parte de la experiencia de inmigrante, dice, es la idea de nepantla. 

“Nepantla es el concepto de estar en un punto intermedio. Parecer que no eres de aquí y luego ir a México y no ser de allá tampoco... encontrar la paz con la existencia en el medio me ha ayudado a entender mi identidad como mujer mexicana-estadounidense de color”, dice Lupe.

Cuando se trata de romper con los prejuicios que ha experimentado en el pasado, se asegura de nunca asignar tareas a otros en función del género o porque se enmarquen en el ámbito de los roles de género. Hace todo lo posible por "reservarse el juicio".

Pero, sobre todo, encontrar la paz consigo misma le ha permitido tomar la decisión activa de tratar los prejuicios como una oportunidad para educarse. Anima a quienes tienen la capacidad de hablar a que hagan lo mismo. 

"No se trata de confrontación, no se trata de 'hacerlo sobre raza', se trata de cosas que deben hacerse correctamente y con respeto", dice.

Y para cualquier persona que experimente discriminación en el lugar de trabajo, dice, cultivar su propia identidad cultural es el primer paso hacia la curación. 

“Simplemente consolidando tu identidad… si sabes quién eres y sabes de dónde vienes, no es difícil defenderte”, concluye. 


Erica Parrigin gestiona las comunicaciones en World Relief Quad Cities. Se graduó de la Western Illinois University con una licenciatura en inglés en 2020. Cree que las historias son poderosas y que aprender a empatizar con otras perspectivas es la clave para marcar una diferencia.

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