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Juntos podemos detener el VIH

Debbie Dortzbach es asesora principal de salud en World Relief y ha trabajado con nosotros durante 16 años. Aquí comparte cómo es posible lograr lo increíble:¡En los próximos 1.000 días podemos evitar que el VIH infecte a bebés en todo el mundo! ¡Increíble!

Éste es el objetivo que se ha fijado un grupo de trabajo de ONUSIDA y la Oficina de Coordinación Mundial del SIDA de los Estados Unidos: eliminar las nuevas infecciones entre los niños para el año 2015 y mantener con vida a sus madres. Como comunidad religiosa y miembros de la familia mundial, tenemos trabajo que hacer.

Hace apenas unos años, acuné a una mujer delgada como un lápiz cuyo único deseo era acunar a su propio bebé una vez más. Sus hijos estaban lejos de ella. Anhelaba ser lo suficientemente fuerte para volver con ellos. En la actualidad, los tratamientos antirretrovirales permiten que los bebés eviten contraer el VIH de sus madres VIH positivas y permiten enormemente que las mujeres VIH positivas no sólo recuperen la salud sino que la mantengan durante muchos años productivos, invirtiendo en sus propias vidas y en las vidas de sus familias.

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La familia mozambiqueña de la foto cuenta una historia trágica de tres generaciones afectadas por el VIH. El niño, que es el cuidador principal y sostiene al bebé, es tío del niño cuya madre murió de VIH, al igual que la madre del niño, la abuela del bebé. La iglesia local intervino para ayudar a esta familia. Una vez más, las comunidades religiosas de todo el mundo tienen un llamado claro a aceptar el desafío de ayudar a millones de niños, nacidos y aún no nacidos, a no estar nunca expuestos al virus.

Los invitamos a unirse a World Relief en una alianza religiosa para apoyar la eliminación del VIH en los niños y la promoción de la salud de sus madres. En un evento reciente en Washington, DC, el Dr. Eric Goosby, Coordinador Global del SIDA de los Estados Unidos, elogió el trabajo pasado de las comunidades religiosas, afirmando que tenían un "papel fundamental y único... brindando salud, sanación y, especialmente, esperanza". Concluyó diciendo: "Los necesitamos ahora, más que nunca".

Oramos para que el Señor, “como águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma y los lleva sobre sus plumas…” (Deut. 32:11), use a Su pueblo para cuidar de Sus familias y salvar a las generaciones venideras del impacto del VIH.

¿Quieres unirte a este esfuerzo? Hacer clic aquí para leer más y descubrir qué puedes hacer.

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