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Ted Oswald, un abogado de la oficina de Servicios Legales de Immigracion en World Relief Sacramento, recientemente regreso de Tijuana, Mexico como parte de un equipo compuesto de personal de World Relief de todos los EE.UU. asesorando a los solicitantes de asilo en la frontera. A continuación, se ofrece una breve pero poderosa visión de su tiempo en la frontera.
Una familia de seis venezolanos se acurrucaron juntos mientras nos contaban su historia. Huían de la persecución política de su gobierno por no apoyar al partido gobernante. Después de que su hija embarazada de 18 años fue arrestada bajo cargos falsos y brutalmente golpeada, la familia huyó del país. En la frontera, intentaron pedir asilo, pero fueron rechazados. Y entonces lo intentaron de nuevo. Esta vez fueron escuchados, pero dijeron que solo podían llevar a sus dos hijos más pequeños. Dos deben quedarse atrás. Sabiendo que no podían y no estarían separados, se negaron. Ahora esperan, juntos. Ellos son el número 601 en línea.
Buscando Refugio
Cada día, cientos de personas llegan al cruce fronterizo de Tijuana entre los EE.UU. y México, huyendo de toda clase de violencia y pobreza. Estas son las familias que esperan solicitar asilo en los Estados Unidos. Orando por un nuevo comienzo. Y por seguridad.
En la frontera, sus nombres son agregados a una lista. Un registro de todos los que solicitan asilo – y una que puede crecer a más de 1,000 entradas de largo. Cada día, se llama un nuevo lote de números y estos solicitantes de asilo son entrevistados. Allí, los EE.UU. deben evaluar si los solicitantes de asilo tienen un temor creíble de persecución en basado en su raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un determinado grupo social. La validez de estos temores se evalúa durante esta entrevista. No muchos pueden cumplir con los requisitos específicos, y los solicitantes de asilo a menudo se enfrentan una detención prolongada mientras su solicitud de asilo es juzgada completamente. Si se les niega, son deportados a su país de origen. Si se les aprueba, no obstante, se les otorga una nueva vida en los EE.UU.
Historias en la Linea
Esta semana, mientras escuchamos el recuento de los traumas pasados y resaltamos estas historias muy humanas de pérdida, miedo, dolor y esperanza en contra de los estrictos estándares de la ley de asilo, oramos fervientemente por la justicia y misericordia de Dios para esta gente sufrientes y vulnerables.
En la línea de asilo, los niños dormían la siesta en el suelo y los padres se sentaban junto a la cerca esperando a el guardian de la lista con la esperanza de que tal vez, solo tal vez, algunos de ellos agregaran sus nombres. Estimamos que más de 1,000 nombres de personas estaban en la lista de espera, y que tomaría de 4 a 7 semanas desde que se inscribieron hasta el momento de su entrevista.
Al costado de esa línea, nos encontramos con hombres, mujeres y niños que nos contaron sus historias:
Una joven de México nos contó la fatídica noche en que viajaba a su casa del trabajo en un taxi local. Una pandilla se detuvo frente al automóvil, salió y mató al conductor, luego la amenazó a ella y a su colega. Le prometieron que si alguna vez hablaba con la policía, la mataría. En una ciudad tan pequeña, la mujer sabía que, aunque ella no los conocía – ellos si la conocían a ella y probablemente a su familia también. Unos meses más tarde, su hermano y su tío fueron asesinados. Y entonces ella huyó.
Un niño hondureño de 18 años nos contó sobre su escape de la Mara 18, una pandilla abominable y violenta que había tratado de reclutarlo. Lo amenazaron con frecuencia, tratando de obligarlo a trabajar para ellos extorsionando a las familias locales. Cuando se negó, fue secuestrado y encerrado en una casa, donde en una noche pudo escapar. Lloró cuando nos dijo que nunca pudo despedirse de su familia.
Una joven pareja de Honduras nos habló de su escape de la violencia y el acoso de pandillas. La esposa ha sido violada, y aunque contactó a la policía, no se hizo nada. Ahora, con varios meses de embarazo, ella y su esposo buscan asilo con la esperanza de comenzar una nueva vida.
El Ojo de la Tormenta
Al final de los días comenzamos a procesar las historias que habíamos escuchado. Historias de vidas ya devastadas por la persecución en tantos niveles diferentes (físico, emocional, sexual y mental), vidas interrumpidas y rotas, pero todavía de alguna manera intactas, ahora de pie en la frontera. Aquí estas vidas esperaban, preparándose para defender su caso de asilo.
Al aconsejar a individuos y familias sobre las posibles realidades de solicitar asilo en los Estados Unidos, simplemente deseamos poder darles una buena noticia; noticias de que el dolor y el miedo habían terminado y que podían comenzar a sanar y restaurar. Y sin embargo, nuestras palabras fueron simplemente más palabras de preparación para las dificultades que aún estaban por venir: detención, entrevistas, separación familiar, posible deportación, honorarios de abogados, y más. La tormenta no había terminado. Esto podria aun continuar.
Hubo días cuando este conocimiento fue paralizante. Cuando la esperanza nos evadía. Y, sin embargo, mantuvimos la esperanza de que nuestro consejo y aliento proporcionaría a estas personas y familias vulnerables el apoyo que necesitaban para atravesar la siguiente fase de la tormenta.
Nuestro tiempo en la frontera fue un claro recordatorio de que este trabajo es poderoso, humilde y, a veces, incluso sagrado. A medida que nuestro equipo regresa a los EE.UU., seguiremos siendo testigos de lo que hemos encontrado en la frontera. Le pedimos que se una a nosotros en la oración continua por este importante trabajo y por la paz de las cientos de familias que buscan refugio en nuestra frontera.
Ted Oswald has served with World Relief since 2017 as the Immigrant Legal Services (ILS) program director and attorney where he provides immigration legal services, mobilizes volunteers, and offers community legal education seminars. A licensed attorney, Ted has a Juris Doctor from the Thomas R. Kline School of Law at Drexel University, a Graduate Diploma in Forced Migration and Refugee Studies from the American University in Cairo, and a Bachelor of Arts in International Relations from UC Davis. He is the author of three novels, Because We Are: A Novel of Haiti, There is a Land, and Little Flower.
Kevin Woehr Kevin Woehr is a partially DOJ Accredited Representative with World Relief DuPage/Aurora and has been a member of the legal team since August of 2012. As a Senior Immigration Specialist, Kevin represents clients before the Department of Homeland Security, providing legal counsel on a wide range of administrative processes. Additionally, Kevin oversees the application process of hundreds of eligible young adults each year in the capacity of DACA program coordinator. He is trilingual in English, French, and Spanish and was born and raised in Chile.